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Hace unas semanas tuve la oportunidad de participar como Tech Lead en los Hacker DaysSe abre en una nueva pestaña, iniciativa de Rural HackersSe abre en una nueva pestaña, organización que promueve la tecnología y el arte desde lo rural.
Fue una experiencia de esas que no solo te hacen escribir código, sino también reflexionar sobre cómo la tecnología puede estar al servicio de las comunidades, de lo común y de lo público.
Durante la semana que duró la iniciativa, nos juntamos más de 20 personas para crear Punto de AguaSe abre en una nueva pestaña: una herramienta gratuita y de código abierto pensada para facilitar la gestión del agua en los pueblos, garantizando siempre que siga siendo un bien público. El proyecto es open sourceSe abre en una nueva pestaña, porque creemos que algo tan esencial como el agua no debería estar sujeto a intereses privados, sino disponible para que cualquiera pueda usarlo, mejorarlo o adaptarlo a su comunidad.
El lugar y la gente
La estancia tuvo lugar en Anceu ColivingSe abre en una nueva pestaña, un espacio rodeado de naturaleza gallega, donde además de tener alojamiento y comidas incluidas, nos regalamos tiempo de conversaciones, actividades y esa energía comunitaria que hace que los proyectos florezcan. Galicia tiene algo especial: “aquí hai sitio para todos”, dicen, y esa hospitalidad se notó en cada detalle.
Coincidí con personas de Next DigitalSe abre en una nueva pestaña, y tuve la alegría de reencontrarme con antiguos compañeros de AutentiaSe abre en una nueva pestaña, como Jesús AnguloSe abre en una nueva pestaña y Pablo VallésSe abre en una nueva pestaña. Entre líneas de código, naturaleza y conversaciones interesantes, redescubrí lo valioso que es trabajar rodeado de gente con talento, compromiso y buen hacer.
El stack y la arquitectura
Desde el principio quisimos que el proyecto estuviera construido sobre bases sólidas y modernas. La dificultad principal residió en buscar un equilibrio entre una base sólida que nos permitiera poder trabajar en equipo a la vez que desarrollásemos la aplicación y conseguir desarrollar un producto complejo en una semana. El stack que elegimos fue el siguiente:
- TypeScriptSe abre en una nueva pestaña para un tipado robusto
- ReactSe abre en una nueva pestaña y Next.jsSe abre en una nueva pestaña para la interfaz y la experiencia de usuario
- PrismaSe abre en una nueva pestaña como ORM para gestionar los datos de forma eficiente
- ElysiaSe abre en una nueva pestaña y BunSe abre en una nueva pestaña para crear los servicios REST
- BiomeSe abre en una nueva pestaña para mantener el código limpio y consistente
Teníamos una semana para construir un producto completo
La arquitectura siguió el enfoque hexagonal con Domain-Driven Design (DDD), dividiendo el proyecto en capas claras: Domain, Application, Infrastructure y Delivery. Esto nos permitió separar responsabilidades, mantener el sistema extensible y pensar en largo plazo, incluso en una hackathon.
El objetivo no era solo tener algo que funcionara rápido, sino construir una base que pueda crecer con el tiempo y adaptarse a las necesidades reales de los pueblos. Además, creemos que con una buena base sólida podríamos atraer contributors y gente que quisiese darle continuidad al proyecto.
El impacto
Más allá de la parte técnica, lo más emocionante fue ver cómo la idea conectó con la gente. El proyecto tuvo eco en medios locales y nacionales, con titulares como este en El Español: “Dos gallegas veteranas inspiran una 'app' revolucionaria para la Galicia rural: el consumo de agua ya no se registrará a mano”Se abre en una nueva pestaña.
Esa visibilidad no es solo un reconocimiento al trabajo del equipo, sino también una señal de que hay un interés real en herramientas que devuelvan autonomía y cuidado a las comunidades rurales.
Además, salimos en la Cadena SerSe abre en una nueva pestaña, Galicia PressSe abre en una nueva pestaña, Código CeroSe abre en una nueva pestaña y VivacesSe abre en una nueva pestaña entre otros.
Gratitud
Quiero dar las gracias a Agustín JamardoSe abre en una nueva pestaña por invitarme a esta colaboración, a Ignacio MárqueSe abre en una nueva pestaña y a África RodríguezSe abre en una nueva pestaña por crear junto con Agus una iniciativa tan apasionante como importante. Su visión y su confianza hicieron posible que este proyecto echara a andar. Y gracias también a todas las personas que compartieron esos días en Anceu, porque entre risas, ideas y complicidad se generó una energía difícil de explicar con palabras.
Lo que me llevo
De Galicia siempre me llevo dos cosas: la lluvia y la gente. La primera te recuerda que la naturaleza manda, y la segunda que el calor humano es lo que realmente hace que un proyecto tenga sentido.
En este caso, el agua fue el hilo conductor, pero lo que fluyó de verdad fueron las ganas de crear algo común, útil y libre.
Grazas de corazón.